lunes, 5 de enero de 2009

El otro amor, la otra tierra




por Mijail Lamas
Runas del deseo. Antología poética, 1971-2004
Cristina Peri Rossi
Prólogo de Eduardo Milán, compilación de Ángels Gregori,
México, uacm, 2008, Poesía, 264 p.
ISBN 968-5720-97-5



Algunos de los elementos formales y temáticos que definen a la poesía uruguaya del siglo xx son su filiación temprana y duradera a las vanguardias y sus elaboraciones sustentadas principalmente en la asonancia y la paranomasia, que se han establecido en mayor o menor proporción como formas duras. De las temáticas que perduran hasta nuestros días podemos localizar dos muy recurrentes: el exilio y la militancia social y política, motivados por la dictadura militar (que se extendió de 1973 a 1985) y los movimientos sociales de los sesenta, respectivamente.
Hay otro rasgo muy notable de la tradición poética uruguaya del siglo xx, y es la fuerte presencia de sus voces femeninas; nombres como los Juana de Ibarbourou, Delmira Agustini, Idea Vilariño e Ida Vitale han tenido gran resonancia en Latinoamérica, a pesar de que su poesía no se edita mucho en estos días, o por lo menos muy poco en nuestro país.
En este contexto surge la obra de Cristina Peri Rossi (Montevideo, 1941); la antología Runas del deseo presenta una muestra muy significativa de su poesía, que conserva esos rasgos tan caros a su tradición e incorpora una elaboración de versos que rehúyen toda regularidad métrica, mezclando versos pares e impares que crean una música sincopada y a veces decididamente arrítmica: “Y caminando por los jardines del palacio de Buckingham_/_te dije:_/_‘y además no es necesario pasear por Europa_/_para llenar los poemas de nombres tradicionales’._/_Me miraste ofendida,_/_porque a las cinco tenías cita_/_con la tumba de William Blake.” Esto, a pesar de tener tanta simpatía por la sonoridad del alejandrino nerudiano que la voz reescribe, retuerce o cita en más de una ocasión: “Podría escribir los versos más tristes esta noche,_/_si los versos solucionaran la cosa.” En su poesía hay también ese coloquialismo que se vincula tanto a la poesía conversacional, muy representativa de otro uruguayo, Mario Benedetti, y que tan bien practicaran en México poetas como Jaime Sabines y Bonifaz Nuño, este último de manera magistral en El manto y la corona.
Cristina Peri Rossi plantea desde sus primeros poemas lo que será uno de sus ejes constantes: el amor, con persistentes incursiones en lo erótico, y que reconoce en su igual al objeto de su deseo, lo que sería el canto del otro amor, como lo nombró en ese preclaro homenaje al Arcipreste de Hita aquel poeta sonorense de nombre Abigael Bohórquez. A pesar de su distancia geográfica y, casi insignificantemente, generacional (Abigael es mayor cinco años), a estos poetas los hermana cierta atrevida expresividad erótica: “muy por lo bajo te murmuro entre las piernas_/_las más secreta de las oraciones_/_Tú me recompensas con una lluvia de tus entrañas_/_y una vez que he terminado el rezo_/_cierras las piernas…”, escribe Peri Rossi en “Vía Crucis”, mientras que Abigael, en “Primera ceremonia”, cifra su decir en las líneas siguientes: “De pronto, tú, el relámpago,_/_abierto, florecido, restallante_/_arriba, abajo, encima ¿dónde?_/_hiendes la oscuridad,_/_y adentro:_//_Llueves.” Este diálogo deja en claro que la buena poesía está por encima de cualquier etiqueta, y que, no importando el ser que canten, si la expresión es superior, perdurará.
En la poesía de Peri Rossi hay esa mirada irónica que propicia un humor un tanto oscurecido y pesimista, presente en su crítica al totalitarismo (“Podríamos hacer un hijo_/_y llevarlo al zoológico._/_Podríamos esperarlo_/_a la salida del colegio…_/_Podríamos cumplir con él los años._//_Pero no me gustaría que al llegar a la pubertad_/_un fascista de mierda le pegara un tiro”), motivado también por la condición desafortunada de estar en una tierra ajena: “Lo mejor es no nacer,_/_pero en caso de nacer,_/_lo mejor es no ser exiliado.” También hay en sus poemas la cara opuesta de la moneda, donde esa otra tierra, la del exilio, es la posibilidad del descubrimiento: “Para que yo pudiera amarte_/_tuve que huir en barco de la ciudad donde nací_/_y tú combatir a Franco.” Como en el anterior ejemplo, no es raro que Peri Rossi vaya uniendo sus temáticas, así en los intempestivos poemas del apartado “Descripción del naufragio”, donde el desamor y la denuncia social se hacen comunes y presentes.
A medida que el lector se adentra más en el libro creerá que la voz de la poeta va tomando una temperatura mucho más templada en la elaboración de sus metáforas eróticas, como cuando escribe: “En el amor, y en el boxea,_/_todo es cuestión de distancia”, pero más adelante podemos leer: “Ah, no estábamos ahí_/_mirándonos intensamente_/_susurrándonos obscenidades_/_mientras el magret de pato sangraba_/_como tu concha_/_concha marina_/_concha de amar el mar.” Asimismo, se puede observar una mayor incorporación de referencias tanto populares como cultas, lo que permite establecer empatía con la autora al respecto de sus gustos por la música de Tom Waits, la lectura de Freud, la poesía de Blake y la pintura de Francesco Guardi.
Pareciera que Cristina Peri Rossi cree en la capacidad oracular de la poesía, como lo demuestra el título de este libro, pero este título hace más referencia a la obsesión que la escritora tiene por el lenguaje, como se muestra de manera mucho más explicita en el apartado “Babel bárbara”: “Altiva como la A (anaconda)_/_Balbuceante como la B (Babel bárbara) /…Viceral como lo V (Vientre, voluta)” o “Amar es traducir_/_—traicionar—._//_Nostálgicos para siempre_/_del paraíso antes de Babel.”
Cristina Peri Rossi lanza un puñado de poemas que son revelación cotidiana, catálogo de ciudades ajenas, una vida de exilio para quien sabe que no se “escribe de las cosas, sino del nombre de las cosas” y con ello entrega una poesía que se atreve a señalar la injusticia y a celebrar los variados matices de ese otro amor de los iguales.

Publicado en Hoja Por Hoja |año 12 | número 140 | Enero 2009

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